“Ahora empiezo a asimilar todo lo que pasó y la verdad es que me sentí abandonada”. La mamá de uno de los alumnos afectados por el brote de gastroenteritis del Gymnasium (cuya identidad se reserva para preservar la identidad del menor) tomó la decisión de expresarse, luego de que su hijo pasara cuatro días hospitalizado. Cuestionó el manejo en la comunicación del establecimiento y la falta de claridad en la información. No obstante, desde el colegio desmienten estos planteos.

La mujer tiene ya el nombre de la bacteria que enfermó a su hijo: shigella, una infección intestinal que suele ser muy contagiosa. El dato lo compartió con otros padres cuyos hijos tuvieron síntomas, para cotejar resultados e incluso con el Siprosa, mientras aguarda que desde la escuela se expresen al respecto.

“No soy alarmista, no busco generar caos. Soy consciente de que a todos les puede pasar pero hay que saber cómo actuar y tener la humildad de aceptar cuando se cometen errores”, dijo y remarcó: “no supieron manejar la situación, pese a la gravedad que lo ameritaba”. Para esta mamá, las autoridades del Gymnasium y la Universidad Nacional de Tucumán trataron de minimizar la situación en sus apariciones en la prensa. “No son pocos los infectados, como se deslizó en un principio”, advirtió.

Internación

“A mi hijo lo bajaron en ambulancia el 9 de noviembre. Me avisaron por teléfono y cuando llegué al colegio lo encontré sentado en una escalera. Temblaba por la fiebre y había vomitado 18 veces”, contó la mujer.

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Ella reconoce que sí habló con la directora Josefina Fiori Bimbi apenas conoció la situación, pero que la charla no la ayudó a saber cómo manejarse. “Me indicó que lo lleve a la guardia del seguro escolar, pero estaba cerrada y en un primer momento se dijo que no podía hacerlo atender en el Sanatorio 9 de Julio, porque allí sólo se cubrían accidentes”, continuó.

Por la gestión de otra mamá fue en ese centro asistencial privado donde sí atendieron a su hijo y luego a otros compañeros, con el mismo papel del seguro que le dieron en la escuela.

“Le pusieron varios sueros y estuvo muy cerca de ser ingresado a terapia intensiva por el cuadro de deshidratación tremendo. Costó mucho que le bajara la temperatura y estabilizarlo”, añadió. Ver a su hijo en esas condiciones la mantuvo muy concentrada en su caso en particular. Sin embargo cuando empezó a mejorar, también empezó a contactarse con más familiares de chicos enfermos con quienes crearon una red de apoyo.

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“Nadie me llamó del colegio, las llamadas las hice yo. Por lo que una vez que mi hijo dejó el hospital y pude ver cómo se había tratado el tema, sentí mucha impotencia”, afirmó la mujer y aclaró: “yo elegí al Gymnasium como la escuela para mi hijo y lo volvería a hacer porque tiene un hermoso grupo de compañeros y esta no es la película entera, pero creo que hay que hacer un mea culpa si se quiere mejorar y que estas situaciones no se repitan”.

Voz oficial

Las dos autoridades educativas que hablaron sobre el tema públicamente con LA GACETA fueron Josefina Fiori Bimbi, directoria del Gymnasium, y Constanza Guraib, directora del consejo de escuelas experimentales de la UNT. La primera de ellas fue quien contestó a los dichos de esta mamá. “Lo desmiento categóricamente. Los tutores están en permanente contacto con los padres de todos los alumnos enfermos. Ellos son nuestro primer vínculo”, puntualizó la docente, a la vez que aseveró que la institución ha estado presente en todo momento.

Fiori Bimbi explicó que si aún no se ha publicado ningún comunicado al respecto de lo ocurrido, es porque las causas del brote de gastroenteritis aún siguen en investigación. “Los tres coordinadores del campamento aún trabajan para recolectar toda la información necesaria. Además, no están listos los resultados de todos los estudios que se enviaron a hacer”, dilucidó.

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Entre los puntos en que se trabaja, está saber si los alumnos celíacos que participaron del viaje se enfermaron. “Ellos llevaron todos sus alimentos de forma separada, sellada y con los cuidados de que se necesitaban por lo que si alguno se enfermó nos daría fundamentos más fuertes de qué camino seguir para encontrar el motivo de los contagios”, observó la docente.

Otro dato que la directora mencionó, es que desde el colegio se hicieron cargo de colaborar con medicamentos o insumos a los padres que se acercaron a la institución para expresar problemas a la hora de afrontar los costos.

“Cada papá que se acercó a nosotros obtuvo respuesta siempre. Incluso se mantiene comunicación telefónica constante con las familias, desde mi persona o por los tutores”, sentenció.